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Obesidad y sarcopenia

Tradicionalmente, la sarcopenia (pérdida de masa y fuerza muscular) y la obesidad (exceso de masa grasa) se han visto como condiciones opuestas. Sin embargo, en la actualidad, con frecuencia coexisten en un mismo individuo, dando lugar a una entidad clínica conocida como obesidad sarcopénica (OS). Esta combinación no es una mera suma de problemas, sino un síndrome que genera un impacto negativo sinérgico en la salud, aumentando enormemente el riesgo de discapacidad, enfermedades cardiometabólicas y mortalidad por todas las causas. Comprender esta interrelación es crucial para una detección y prevención efectivas.

La Interrelación: Un Círculo Vicioso
La relación entre la obesidad y la sarcopenia es bidireccional y se retroalimenta, creando un círculo vicioso difícil de romper:

  1. La Obesidad Acelera la Pérdida Muscular (Sarcopenia):

    • Inflamación Crónica: El tejido adiposo, especialmente el visceral, secreta citoquinas proinflamatorias (como TNF-α e IL-6). Este estado inflamatorio crónico promueve la degradación de las proteínas musculares y dificulta su síntesis.

    • Resistencia a la Insulina: La obesidad often leads to insulin resistance. Esto afecta negativamente a las vías de señalización anabólicas en el músculo, como la vía de la insulina/IGF-1, reduciendo la capacidad de construir y mantener masa muscular.

    • Alteraciones Hormonales: Puede haber una disminución en la secreción de hormonas anabólicas como la testosterona y la hormona de crecimiento.

    • Sedentarismo: El exceso de peso puede limitar la movilidad y la actividad física, reduciendo el estímulo mecánico esencial para preservar el músculo.

  2. La Sarcopenia Empeora la Obesidad y sus Complicaciones:

    • Menor Gasto Metabólico: El músculo es un tejido metabólicamente activo. Menos músculo significa una tasa metabólica basal más baja, lo que facilita el aumento de grasa y dificulta la pérdida de peso.

    • Menor Capacidad para el Ejercicio: La debilidad muscular limita aún más la capacidad de realizar actividad física, perpetuando el ciclo de ganancia de grasa y pérdida de músculo.

Cómo la Obesidad Enmascara la Sarcopenia
Este es uno de los mayores desafíos clínicos. La obesidad puede “disfrazar” la sarcopenia de varias maneras:

  • El Engaño del Peso y el IMC: Una persona con obesidad puede tener un peso corporal total normal o incluso elevado, y un Índice de Masa Corporal (IMC) dentro del rango de sobrepeso u obesidad. Esto oculta la pérdida masiva de músculo que se está produciendo en su interior. El IMC es una herramienta útil para medir el exceso de peso, pero es totalmente incapaz de evaluar la composición corporal (la proporción de grasa vs. músculo).

  • Falsa Apariencia de Fortaleza: El volumen corporal dado por la grasa puede dar una impresión errónea de robustez, cuando en realidad la persona puede ser extremadamente débil y frágil por dentro.

Detección: Más Allá de la Báscula
Diagnosticar la obesidad sarcopénica requiere ir más allá del peso y el IMC. Es necesario evaluar por separado la masa grasa y la masa muscular.

  1. Evaluación de la Masa Grasa: Se puede realizar mediante:

    • Bioimpedanciometría (BIA): Método accesible, no invasivo y que proporciona una estimación bastante precisa de la composición corporal.

    • Densitometría Ósea (DXA): Considerado el “gold standard” para evaluar la composición corporal, ya que distingue con precisión masa grasa, masa magra y masa ósea.

  2. Evaluación de la Masa y Fuerza Muscular:

    • Fuerza de Prensión Manual: Medida con un dinamómetro. Es un excelente predictor de la fuerza muscular global y está fuertemente asociado con la sarcopenia. Valores bajos son una señal de alerta.

    • Circunferencia de Pantorrilla: Como se mencionó en su consulta anterior, una medida < 31 cm es un indicador sencillo y válido de baja masa muscular, incluso en personas con obesidad.

    • Pruebas de Rendimiento Físico: Como la prueba de velocidad de la marcha o la prueba “timed up and go” (levantarse y caminar). Un rendimiento bajo indica fragilidad.

Principales Indicaciones para Prevenir la Sarcopenia en Personas con Obesidad
El pilar fundamental para prevenir y tratar la obesidad sarcopénica es una combinación de intervención nutricional y ejercicio físico, siempre supervisada por profesionales.

  1. Intervención Nutricional:

    • Dieta Normocalórica o Ligeramente Hipocalórica con Alto Contenido de Proteínas: El objetivo no es una pérdida de peso rápida y drástica, que often results in pérdida muscular, sino una recomposición corporal (perder grasa y ganar/preservar músculo). Se recomienda una ingesta de 1.2 – 1.6 g de proteína por kg de peso corporal al día, distribuida uniformemente en las comidas principales. Fuentes: carnes magras, pescado, huevos, lácteos, legumbres.

    • Suplementación con Proteína o Aminoácidos: En algunos casos, puede ser beneficioso suplementar con proteína de suero (whey protein) o aminoácidos esenciales como la leucina, que es un potente estimulador de la síntesis de proteína muscular.

    • Vitamina D: La deficiencia de vitamina D es común y se asocia con debilidad muscular. La suplementación puede mejorar la función muscular.

  2. Ejercicio Físico:

    • Entrenamiento de Fuerza (Resistencia): Es el estímulo más potente para construir y mantener músculo. Debe ser progresivo e incluir ejercicios para los grandes grupos musculares (piernas, espalda, pecho) al menos 2-3 veces por semana. Puede utilizarse peso corporal, bandas elásticas, máquinas o pesas.

    • Ejercicio Aeróbico: Caminar a paso rápido, nadar o montar en bicicleta es crucial para quemar grasa y mejorar la salud cardiovascular. Se recomienda combinarlo con el entrenamiento de fuerza.

Conclusión
La obesidad sarcopénica es un doble desafío para la salud. La obesidad no solo no protege de la sarcopenia, sino que la potencia y la enmascara, haciendo esencial evaluar la composición corporal y la fuerza muscular más allá del peso. La estrategia de prevención y tratamiento debe ser integral, combinando una dieta rica en proteínas con un programa de ejercicio que priorice el entrenamiento de fuerza. La detección temprana y la intervención son clave para romper el ciclo vicioso y preservar la funcionalidad y la calidad de vida.


Fuentes y Referencias

  1. Cruz-Jentoft, A. J., et al. (2019). Sarcopenia: revised European consensus on definition and diagnosis. Age and Ageing, 48(1), 16-31. 

  2. Donini, L. M., et al. (2022). Definition and diagnostic criteria for sarcopenic obesity: ESPEN and EASO consensus statement. Clinical Nutrition, 41(4), 990-1000.

  3. Batsis, J. A., & Villareal, D. T. (2018). Sarcopenic obesity in older adults: aetiology, epidemiology and treatment strategies. Nature Reviews Endocrinology, 14(9), 513-537. 

  4. World Health Organization (WHO). (2017). Integrated care for older people (ICOPE): guidelines on community-level interventions to manage declines in intrinsic capacity. 

  5. Cuervo, M., et al. (2009). Evaluación del estado nutricional de una población anciana mediante el Mini Nutritional Assessment (MNA) y la circunferencia de la pantorrilla. Nutrición Hospitalaria, 24(4), 462-466. 

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