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La dinámica demográfica global nos enfrenta a un hecho irreversible y, en el fondo, esperanzador: el envejecimiento de la población. En México, este fenómeno ha sido reconocido con la promulgación de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, un marco jurídico que busca garantizar un envejecimiento digno, activo y con pleno goce de derechos. Lejos de ser un texto meramente asistencialista, esta ley sienta las bases para comprender que la vejez es una etapa de vida con potencial, donde la actividad física y la prevención de la pérdida muscular se erigen como pilares de la autonomía y la salud.

La Ley: Un Marco para la Autonomía y la Salud Integral

La ley, en su articulado, establece derechos fundamentales que trascienden lo básico. No se conforma con asegurar alimentación y salud, sino que promueve explícitamente una vida activa. Por ejemplo, el Artículo 5º, Fracción VI, establece el derecho a:

“Recibir facilidades para incorporarse a una vida productiva y a realizar actividad física, cultural y de esparcimiento.”

Esta disposición no es casual. Reconoce que la “facilidad” para realizar actividad física es un derecho, lo que implica que el Estado, la sociedad y las familias deben generar las condiciones para que las personas mayores puedan ejercitarse de manera segura y accesible. Este principio se complementa con el Artículo 8º, Fracción III, que señala como una obligación de la Federación:

“Fomentar programas de activación física, recreación y deporte para las Personas Adultas Mayores.”

Estos artículos, entre otros, transforman la concepción de la actividad física: deja de ser una mera recomendación médica para convertirse en un derecho exigible y una política pública necesaria. Es el reconocimiento legal de que moverse es sinónimo de vivir con plenitud.

El Enemigo Silencioso: La Sarcopenia y la Pérdida de Masa Muscular

Uno de los mayores desafíos de salud en la vejez es la sarcopenia, es decir, la pérdida progresiva y generalizada de masa, fuerza y función muscular. Esta condición no es solo una cuestión de fuerza; es un factor determinante para la independencia personal. El Dr. Alfonso J. Cruz-Jentoft, pionero en el estudio de la sarcopenia, afirma:

“La sarcopenia es una causa principal de discapacidad, mala calidad de vida y muerte en los adultos mayores. Su prevención y tratamiento deben ser una prioridad en la salud pública geriátrica.”

La pérdida muscular está directamente ligada a un mayor riesgo de caídas, fracturas, hospitalización y dependencia para realizar actividades básicas de la vida diaria, como levantarse de una silla, vestirse o caminar. Aquí es donde la ley y la ciencia se encuentran.

El Ejercicio como Medicina Preventiva: El Vínculo Indisoluble

La actividad física, y en particular el ejercicio de fuerza (entrenamiento de resistencia), es la intervención más poderosa y efectiva para prevenir y revertir la pérdida de masa muscular. No se trata solo de “mantenerse activo” de manera genérica, sino de realizar un entrenamiento específico y supervisado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para los adultos mayores realizar actividades de fortalecimiento muscular que involucren los principales grupos musculares al menos 2 días a la semana. Esto va perfectamente alineado con el espíritu de la ley mexicana. Al fomentar programas de activación física, se está, en esencia, promoviendo la prevención de la sarcopenia.

La evidencia científica es contundente. Como señala el Profesor Mikel Izquierdo, experto en envejecimiento y condición física:

“El entrenamiento de fuerza en ancianos no es solo seguro, sino que es extremadamente efectivo para mejorar la masa muscular, la fuerza y la funcionalidad. Es, probablemente, la ‘polipíldora’ más efectiva contra la fragilidad.”

Cuando un gobierno implementa un programa de activación física para adultos mayores, basado en la ley, no está organizando solo un pasatiempo. Está administrando una potente medicina preventiva que impacta directamente en la calidad de vida y reduce la carga sobre los sistemas de salud.

Conclusión: Del Derecho Escrito al Hecho Concreto

La Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores proporciona el marco legal indispensable para abordar el envejecimiento desde una perspectiva de derechos humanos y salud pública. Su vínculo con la actividad física y la prevención de la pérdida muscular es fundamental y estratégico.

Garantizar el derecho a la actividad física es, en la práctica, luchar contra la sarcopenia, la dependencia y la exclusión. Es convertir el mandato de un artículo legal en una realidad tangible: adultos mayores más fuertes, más autónomos y con una mejor calidad de vida. Como sociedad, el desafío es pasar de la letra de la ley a la acción coordinada, asegurando que cada persona mayor tenga la oportunidad de acceder a un “movimiento que empodera” y que, en última instancia, prolonga su independencia y dignidad.


Referencias Citadas:

  • Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (México). Artículos 5º y 8º.

  • Cruz-Jentoft, A. J., & Sayer, A. A. (2019). “Sarcopenia”. The Lancet.

  • Organización Mundial de la Salud (OMS). “Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud”.

  • Izquierdo, M. (2018). “Entrenamiento de Fuerza en el Anciano Frágil”. Conferencias y Publicaciones en Gerontología.

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